El Himno a Cosquín preludió el grito y las campanas y los fuegos, mientras en la arenga Marcelo Simón se preguntaba si estaban todos, y recordó los nombres lustraron las tablas de ese escenario. Enseguida, el Grupo Ceibo, como corresponde a una de las consagraciones del año anterior, abrió el espacio musiquero con ese estilo enfático que propicia el mejor ánimo festivalero